Manifesto
Vivimos en una era que nos invita estar en la inmediatez, en movimiento continuo, en el consumo tanto de cosas materiales como de experiencias que nos satisfagan aunque sea tan solo por unos segundos, un mundo con deseos desenfrenados de progreso económico y una fama efímera.
Estamos distraídos por la cantidad de información en medios y redes con poco tiempo para cuestionarnos el modelo de vida que realmente deseamos y merecemos..
Para hacer frente a estas amenazas que en más de una ocasión eclipsan lo que la vida nos otorga de manera gratuita, hemos de ser capaces de hacer un alto para así poder descubrir lo que habita en el fondo de nuestro corazón y de nuestra conciencia.
Mi trabajo consiste en enseñar a la mente y al cuerpo a hacer una pausa utilizando la meditación como vehículo.
El camino de regreso al corazón y la sensación de plenitud se encuentran aprendiendo a silenciar la mente para que nuestra verdadera esencia pueda aflorar.
Meditar no es poner nada nuevo, sino quitar lo que sobra…
Una vez que la práctica se ponga en marcha y un mayor nivel de conciencia nos inhabite
Podremos comenzar a alejarnos de patrones dañinos, de actitudes propias que no nos gustan y así establecer nuevas maneras de estar presente en el complejo mundo que hoy nos toca vivir.
Valoro inmensamente el poder crear una comunidad que traiga consigo una diversidad de ideas y experiencias que pueden ayudarnos a cuestionar nuestros propios valores y abrir nuestras mentes a nuevas formas de pensar y de ser, respetando siempre la libertad de creencias y promoviendo la conexión de corazón a corazón.
Estoy comprometida a ayudar a quienes encuentre en mi camino para que obtengan una comprensión más profunda de sí mismos y de su relación con los demás. Para ello, imparto talleres, diseño experiencias, brindo espacios de uno a uno; creando así una comunidad diversa e inclusiva con una nueva mirada para aproximarse al mundo que nos rodea.
Meditando podemos encontrar alegría en nuestro crecimiento personal, buscar sentido a través del autoconocimiento y crear una nueva identidad que nos haga sentir plenos.
Meditando nos conocemos lo suficiente como para poder elegir vivir en mayor equilibrio e inspirar a otros a sentarse a meditar en silencio y así luchar por la armonía y el respeto de todas las formas de vida.