En Jalisco México hay un gran espacio lleno de árboles milenarios y con jardines de belleza incomparable, 70 personas nos tomamos 10 días de silencio y meditación.

El silencio no es la meta, sino la pre condición para que aflore lo que habita en nuestro interior. El hacer las comidas en silencio, el no leer ningún texto, el lograr dejar las expectativas a un lado y el contacto profundo  con la naturaleza, van haciendo que la mente se vaya silenciando, que el cuerpo vaya soltando tensiones y que uno comience a entrar en sí mismo. 

 Al adentrarnos  profundamente en nuestro interior vamos cayendo en cuenta de que las cosas están bien como están, que hay algo Siempre Presente que nos inhabita y que nos hace Uno con todo lo que existe, nos damos cuenta también de nuestro eterno afán por controlar y es así como  vamos conociendo los juegos de la mente y como ésta más de una vez nos engaña y cuenta historias que nos impiden despertar a  nuestro gran potencial.

Es en el regreso a la vida cotidiana donde verdaderamente comenzamos a saborear los frutos de tantas horas de quietud y silencio convencidos una y otra vez  de que queremos repetir la experiencia.

 

Testimoniales

"Llegué con miedo de no poder  hablar en tantos días, sin embargo resultó que al encontrarme con esa naturaleza tan perfecta hecha y creada para nosotros, pude darme cuenta que no necesitaba hablar con alguien más porque el “silencio habla”.  Invito a que se animen a vivir la experiencia, porque sólo viviéndola se comprende."

Isabel (Oaxaca, México)

"Estamos acostumbrados a estar a mil por hora con todo lo que pasa en nuestras vidas.  Enfrentarme  a 10 días de estar en silencio fue un cambio trascendental en mi vida, llegué sin saber a lo que iba, el acompañamiento y guía de Cristina  me ayudaron a sentirlo y disfrutarlo a profundidad."

Santiago (Ciudad de México)